¿Quién soy?
Soy Loreley Armenta Balbuena.
Cuando tenía cinco años de edad, a mi padre le ofrecen trabajar en la Comisión Federal de Electricidad en la Ciudad de Morelia, Michoacán; sin saber nadie que, tres años después y a la edad de ocho años, quedaría huérfana, ya que mi padre enfermó mortalmente de cáncer de estómago.
Así, mis hermanos y yo, quedamos bajo el cuidado de nuestra madre quien, como toda mujer logra sacar adelante a sus tres hijos –mis dos hermanos y yo. Sin embargo, cuando apenas tenía quince años de edad y, en plena transición entre la secundaria y la preparatoria, la vida me arrebata a mi madre; falleciendo de cáncer invasivo en los huesos.
De esta forma, mis hermanos y yo quedamos completamente huérfanos, pero no solos; ya que mis abuelos paternos –Don Ponciano Armenta y mi querida abuelita Virginia Ruiz–, siempre nos apoyaron –al igual que mis tías Lourdes y Rocío Armenta–, quienes nunca nos abandonaron y siempre velaron en todos los sentidos y en cada aspecto de nuestro crecimiento. Gracias a mi familia paterna salimos adelante y, aunque estábamos lejos, siempre estuvieron apoyándonos. Mis hermanos y yo terminamos una licenciatura en la mismísima Casa de Hidalgo: la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Mis dos hermanos mayores en Medicina Veterinaria y Medicina –Giselle Armenta Balbuena y Jorge Armenta Balbuena, respectivamente. Finalmente, yo soy Licenciada en Derecho y Ciencias Sociales de la misma Casa de Estudios.
Fue en el seno de la universidad, donde conocí a mi esposo: Ricardo Ávila; quien, más que un esposo, ha sido un amigo, consejero y compañero de vida, al cual respeto y admiro. Con él he construido un hogar en el que nace en Izúcar de Matamoros nuestro amado hijo. Como todo matrimonio joven, el inicio del mismo no fue fácil y, buscando una oportunidad para salir adelante con nuestro pequeño hijo decidimos regresar y establecernos en mi tierra, con mi gente: Izúcar.
Con diecisiete años asentados aquí en Izúcar, estoy muy agradecida con el lugar que me vio nacer, porque con base en el trabajo, dedicación y esfuerzo hemos salido avante; ya que provengo y soy, junto con toda mi familia, una mexicana producto de la cultura del esfuerzo.
Creo en mi tierra, creo en Puebla y creo en México; pero creo más en su gente. Este año, hace doscientos años, nacimos como nación y la historia nos ha enseñado una y otra vez que, cuando nos unimos en familia, en sociedad y como nación, podremos aspirar a un México mejor para nosotros y las generaciones venideras.